Pueblo dominicano,
Después de casi 3 meses de haberse presentado el primer caso de COVID-19 en el país, vale la pena detenerse a pensar en lo que hemos logrado y cómo nos ha ido con esta pandemia, que ha sido uno de los mayores retos que ha enfrentado la humanidad en décadas recientes.
En cuanto al contagio, debo señalar que el gobierno oportunamente adoptó medidas de distanciamiento social y cierre de fronteras para disminuir el ritmo al cual se propaga el virus, logrando lo que se conoce como «aplanar la curva».
En este sentido, hoy nuevamente, tras la aprobación del Congreso
Nacional, el presidente ha decretado 12 días más de Estado de Emergencia.
A su vez, también emitió el decreto 188-20 para extender el período del toque de queda, que permanecerá como hasta ahora, de lunes a sábados de 7 PM a 5 AM, y los domingos de 5 PM a 5 AM.
Gracias a estas restricciones que se están adoptando por el Estado de Emergencia, y gracias al sacrificio de los millones de personas que nos
apoyan manteniendo el distanciamiento social y las medidas de higiene, hoy podemos mostrar una de las menores tasas de contagio de la región.
El contagio se mide con el número básico de reproducción, o Rt, que mide cuántas personas contagia una persona infectada. Para este virus muchos entienden que este indicador anda cercano a 2.5, es decir, que cada persona contagiada infecta 2.5 personas más.
En nuestro país, actualmente este número básico de reproducción ronda el 1.2, según estimaciones de expertos locales e internacionales, con lo cual hemos reducido a más de la mitad el ritmo de contagio natural del virus.
Usando una base de datos del Banco Central de Chile que estima el número básico de reproducción para los distintos países, República Dominicana es el segundo país de América Latina que más ha reducido el ritmo de crecimiento del número de contagiados, solamente superado por
Ecuador.
Insisto, esto es un reconocimiento al sacrificio, la paciencia y disciplina de
las familias dominicanas. Su esfuerzo ha valido la pena, tanto así que, al día de hoy, solo se están usando un 20% del total de camas disponibles.
Esto quiere decir que el sistema de salud tiene 4 de cada 5 camas habilitadas para usarse si aumenta en el número de casos.
En la red pública tenemos disponibles 2,595 camas habilitadas para pacientes de COVID-19 y en la privada más de 431.
En los centros de aislamiento también tenemos capacidad para 4,011 personas más, en caso de ser necesario su uso.
Por su parte también tenemos más de 150 camas en Unidades de Cuidados Intesivos (UCIs) con ventiladores disponibles, pues al día de hoy solo estamos usando un tercio de la
capacidad instalada y habilitada para COVID 19.
De todas formas, seguimos trabajando intensamente para aumentar la cantidad, y en las próximas semanas se instalarán decenas de nuevos
ventiladores.
En lo que respecta al manejo de los casos positivos de COVID 19, la tasa de letalidad está ahora en 2.86%, también una de las más bajas.
Obviamente, nuestro anhelo es que no fallezca nadie, pero sabemos que la tasa mundial de fatalidad ronda cerca de 6%. Incluso, países de altos
ingresos muestran tasas de letalidad muy superiores a la dominicana.
Por todo esto, como todos saben, hace dos semanas empezamos una desescalada en 5 fases, para ir recuperando la normalidad poco a poco y lograr una convivencia segura con el virus.
El día de hoy dado que la tasa de contagio se ha aplanado y las tasas de letalidad están relativamente bajas, hemos decidido continuar con nuestra estrategia de desescalada, entrando este miércoles a la etapa 2.
Dominicanos y dominicanas,
En esta nueva fase, las microempresas de entre 1 y 10 empleados, podrán trabajar con la totalidad de sus colaboradores.
Por su lado, las empresas pequeñas, que tienen entre 11 y 50 empleados, podrán incorporar el 75% de sus trabajadores, mientras que las empresas medianas y grandes podrán trabajar con el 50% del personal.
Por supuesto, estos porcentajes aplican a los sectores que anteriormente no tenían permiso para laborar, puesto que desde los inicios se permitió operación de agricultura, industria de manufactura, zonas francas, minería y comercio esencial, con un porcentaje prudente de trabajadores.
Recordamos que ahora podrán seguir abiertos las tiendas de los centros comerciales, pero permanecerán cerradas las áreas de alimentos, juegos y establecimientos de recreación a fin de evitar el aglomeramiento de personas.
Como se había anunciado para esta segunda fase, a partir de esta semana y únicamente los domingos, las iglesias podrán abrir sus puertas con un porcentaje reducido de personas.
Siempre con un mínimo de 2 metros de distancia entre cada persona, y siguiendo los protocolos que se estarán publicando.
En el caso de las iglesias adventistas y otras que celebren sus cultos los
sábados, se permite que inicien, con un servicio religioso por semana.
Por otro lado, los autobuses y minibuses del transporte interurbano podrán iniciar operaciones a partir de
este miércoles, usando un máximo de 60% de los asientos, siempre con
distanciamiento entre los pasajeros y siguiendo los protocolos correspondientes.
Sobre los permisos de circulación de personas en horario de toque de queda, quiero aclarar que esta excepción solo aplica a empleados de empresas que por su objeto deben laborar las 24 horas, o que su trabajo durante la noche sea absolutamente necesario.
Estos permisos también han sido otorgados a personal diplomático y consular, autoridades civiles y funcionarios públicos cuyas labores requieran trabajar más allá del horario permitido.
Debo reiterar que el transporte de carga, mercancías y combustible puede transitar sin necesidad de portar un permiso.
Los trabajadores que necesiten solicitar un permiso deben hacerlo a través de su empresa en la página coronavirusrd.gob.do, y que deben ingresar con el RNC y código CLASS que usan para reportar a la seguridad social.
Una vez realizada la solicitud, si es aprobada se le envía un link con los permisos para cada empleado solicitado, en un tiempo promedio de un día posterior a la solicitud.
Dominicanas y dominicanos,
Les recordamos que será a partir de la fase 3, que inicia el 17 de Junio, que las iglesias podrán hacer cultos tres veces por semana.
Y será hasta la cuarta fase, que inicia en julio, cuando se podrán reactivar los aeropuertos, los restaurantes, los gimnasios, en fin, las actividades donde pueda aglomerarse un gran número de personas.
Al respecto, es necesario recordar que, en el momento actual, todavia no se pueden llevar a cabo reuniones sociales sin condiciones de
distanciamientos físico, incluso antes del toque de queda.
Como todos hemos podido observar, se está produciendo un peligroso relajamiento de las precauciones en varios puntos del país.
Por eso, se hace necesario advertir, nuevamente, de la importancia de estas medidas, porque el virus no ha desaparecido.
Corremos el riesgo de que el éxito que hemos logrado hasta ahora, de controlar el Covid, nos lleve a perderle el miedo y olvidar su potencial de
letalidad.
Y lo cierto es que la experiencia internacional ya nos muestra las consecuencias que eso puede traer. Muchos países se han visto en la
obligación de dar marcha atrás a las medidas de apertura por repuntes de contagio.
Aprendamos también de ellos a ser precavidos para evitar pasos hacia atrás.
No es el momento de relajarse, es el momento de convivir responsablemente con el Covid-19.
Solo así podremos llevar a cabo la fase dos con éxito y avanzar hacia las siguientes fases con buen ritmo.
Solo así evitaremos perder el terreno ganado con tanto esfuerzo en las últimas semanas y tener que volver a adoptar medidas más duras.
Sólo desde esa responsabilidad compartida logramos ese equilibrio necesario para maximizar tanto la salud de nuestra población, como la
rápida recuperación de nuestra economía y nuestro bienestar social.
Eso implica, para todos, el uso de la mascarilla en espacios públicos, así como mantener las medidas de higiene y distancia social.
Vamos por buen camino, ahora el reto es no desviarnos del mismo.
Y en este momento quiero dar mérito a todos los que han luchado para que lleguemos aquí.
A los miles de médicos, enfermeras, bioanalistas y personal de los centros
de salud que son nuestros verdaderos héroes, que han trabajado sin descanso dando lo mejor de sí para salvar la mayor cantidad de vidas.
También a los policías, militares y personal del orden público, y a todos los sectores productivos que han mantenido al país en funcionamiento.
Les damos las gracias a todos y todas.
Pero más que hacerles llegar nuestro agradecimiento solo con palabras, quisiera pedirle a la gran familia dominicana que mostremos nuestra gratitud con hechos. Cuidándonos y cuidando de los demás.
Sigamos protegiendo activamente nuestras vidas y las de nuestros seres queridos.
Recordemos en todo momento que el virus está en la calle y que nadie es inmune. Cientos de miles de personas en todo el mundo han fallecido y siguen infectándose.
No lo tomemos a chercha, una mascarilla mal puesta, un tumulto, un contacto, pueden llevar la enfermedad a nuestra casa.
No sumemos más trabajo al que día a día tiene nuestro personal de salud.
Respetemos el trabajo de las fuerzas del orden.
La pandemia no ha desaparecido, sigue entre nosotros.
Sigamos haciendo las cosas de la manera ejemplar en que las hemos hecho hasta ahora, actuemos con responsabilidad y solidaridad.
Porque solo juntos, solo si cada uno de nosotros pone de su parte, podremos superar por completo esta pandemia.
Muchas gracias.