Por JUAN LLADO
El ocaso de un funcionario no es muy difícil de predecir. Cuando no es el fin de la carrera administrativa o la edad de retiro es algún tropezón político o algún desliz técnico que lo adviene. En el caso de Héctor Valdez Albizu, actual gobernador del Banco Central, el ocaso viene dado por una longevidad que ha comenzado a flaquear. Con una larga carrera en el Estado y un saldo de buena reputación y honestidad, su reemplazo por otra idónea figura estaría a la vuelta de la esquina.
Winston Churchill jugó un clave y brillante papel al lograr que, junto a sus aliados, el Reino Unido ganara la II Guerra Mundial. Sin embargo, perdió las elecciones cuando posteriormente se postuló para mantenerse como primer ministro. Mas recientemente, Angela Merkel ha pasado al retiro político después de haberse desempeñado como Canciller de Alemania por 16 años. Sus decisiones sobre los migrantes sirios y otros, aunque sabiamente inspiradas, no gustaron a los electores. La brillantez de ambos personajes no impidió que se consideraran dispensables. Y porque a todo funcionario le llega su hora cuando su poema aburre, ese es ahora el caso de Valdez Albizu.
Un artículo del destacado economista Jaime Aristy Escuder (Listin 29/10/21) perfiló la brillante trayectoria del citado funcionario. ‘Héctor Valdez Albizu ha sido el Gobernador más exitoso en la historia del organismo emisor. Hay que reconocer que ha sido el funcionario que mejores y más eficaces medidas monetarias ha tomado, en la magnitud y el momento oportuno, para enfrentar exitosamente diversos choques externos.” “En base a sus 22 años de gobernación, se estima que el valor esperado de la inflación cuando Valdez es el jefe de la política monetaria es 5%. Sin embargo, si se calcula desde 1966, cuando no es Valdez el Gobernador la tasa de inflación promedio es 15%. Y, si se calcula desde los años ochenta, el valor esperado de la inflación es 25%. Los datos hablan por sí solos: Valdez es sinónimo de credibilidad en el peso”.
No sorprende, en consecuencia, que el gobierno del cambio haya mantenido a Valdez Albizu en el cargo en medio de la crisis de la pandemia. La premisa fundamental fue que él podía garantizar la confianza de los agentes económicos durante ese difícil periodo y así evitar una debacle mayor de la economía. Es bien conocido que el empresariado en sentido general, y los bancos en particular, han aquilatado su gestión y se sintieron complacidos cuando el presidente Abinader confirmó al citado funcionario, aun a costa del desencanto de algunos de sus más cercanos partidarios.
Seria incorrecto atribuir solo a la gestión de Valdez Albizu la vigorosa recuperación de la economía durante los primeros 9 meses de este año. Aunque la estabilidad de la tasa de cambio ha servido como un puntal fundamental para que se desataran los bríos del aparato productivo durante ese periodo, ha sido la demanda contenida y la exitosa vacunación lo que ha jugado el papel más importante. El comercio, las remesas, la construcción, las telecomunicaciones, las zonas francas y el turismo han dado el impulso para que la tasa de crecimiento haya superado el 12.7% anual. Sin embargo, voces autorizadas apuntan que ese nivel de crecimiento solo se explica porque la comparación ha sido con el 2020 (cuando la economía decreció un -6.7%); si fuera contra el 2019 la tasa no pasaría de un 5% (lo cual no es malo).
De igual forma, no sería correcto atribuir a la gestión de marras el destacado crecimiento de la economía dominicana. El Banco Mundial afirma: “En los últimos 25 años, la República Dominicana (RD) experimentó un notable período de fuerte crecimiento económico. La economía mantuvo su rápida expansión en los años previos a la pandemia de COVID-19; entre 2015 y 2019, la tasa de crecimiento anual del PIB dominicano promedió un 6,1 por ciento.” Ha sido más bien la estabilidad política y la paz social lo que ha estado detrás de ese crecimiento, habida cuenta de que el riesgo país y la inestabilidad cambiaria han fluctuado durante ese periodo.
Al igual que todas, la trayectoria de Valdez Albizu tiene sus luces y sus sombras. Las luces fueron identificadas en el zalamero artículo de Aristy Escuder, aunque la segunda mitad del articulo estuviera viciada por un “wish-fullfilment” sobre los predecibles resultados económicos del próximo año cuando la inflación será más fuerte. En cuanto a las sombras tampoco es mucho lo que se puede citar. Los opositores siempre se han quejado de que el BC maquilla las estadísticas y que cambia sus metodologías para agenciarse elogios. Sea eso así o no, lo cierto es que la misión del gobernador es inspirar confianza y pintar escenarios optimistas es algo entendible. Los más avispados observadores sabrán detectar siempre si las estadísticas son aviesamente manipuladas.
En materia de su manejo personal, los rumores le atribuyen haberse jubilado más de una vez, junto a los demás funcionarios del BC, para poder cobrar emolumentos que se devengan automáticamente de esa manera. Pero eso también es entendible porque con ello no se violaba ningún canon establecido, aunque pudiera parecer una indelicadeza ética. Y al recibir el salario y las otras compensaciones más altas de todo el Estado tampoco se viola ninguna normativa porque se han establecido bajo la autorización de la Junta Monetaria. La envidia de otros funcionarios puede ser entendible, pero las delicadas funciones del gobernador del BC deben seguir siendo bien remuneradas hasta que se comience a aplicar la Ley de Regulación Salarial del Estado del 2013.
Tal vez la más ríspida critica a Valdez Albizu es la que le endilga un exagerado favoritismo hacia la banca en el logro de su adecuada capitalización. La masiva inyección de recursos que hizo el BC el pasado año para enfrentar las consecuencias económicas de la pandemia –la cual algunos calculan en 235,000 millones—permitió a los bancos refinanciar a sus prestatarios a tasas más bajas y, eso unido al bajón del encaje legal y otras medidas sobre la tasa de interés, mejoró sustancialmente los indicadores bancarios. En su “Informe de Estabilidad Financiera 2020” el BC destaca que “en materia de riesgo de liquidez, de crédito, cambiario y de tasas de interés indican que las entidades financieras del país no presentan evidencia de vulnerabilidades que amenacen la provisión adecuada de servicios financieros en el corto y mediano plazo”. Amén.
Si bien la recapitalización de los bancos ha sido exitosa no está claro si podría el BC alegar buen manejo monetario al permitir que la deuda cuasi fiscal se haya elevado al concluir el primer trimestre de este ano al equivalente a US$13,610.9 millones (RD$775,821.30 millones). “En noviembre del 2020, tanto Hacienda como el BC firmaron un memorando de entendimiento en el cual acordaron encomendar el servicio de esta deuda interna a un fideicomiso.” (Habrá que esperar a que se cumpla el Plan Macro-Económico 2020-2024.) Por otro lado, habrá que dejar a futuros análisis el examen de la actuación del BC a través de los años frente a las necesidades del fisco. El auxilio al gobierno durante la pandemia ha sido correcto, pero otras ayudas anteriores podrían haberse deslizado hacia el apuntalamiento político. Todo depende del cristal con que se mire.
Pero la razón para avizorar la pronta retirada de Valdez Albizu es otra. Al iniciarse la pandemia el pasado año él y Donald Guerrero anunciaron un amplio abanico de medidas monetarias, crediticias y cambiarias para apuntalar la economía. Algunos han criticado la amplitud de esas medidas cuando la cuarentena había colapsado la demanda y el aparato productivo no estaba en capacidad de absorber tanto crédito. Pero lo más inexcusable fue salir en auxilio de los agentes económicos más pudientes cuando la prioridad debió ser, de parte del Ministerio de Hacienda, un manto de protección para el segmento más carenciado de la población. Los dos funcionarios debieron renunciar por ese garrafal error de política pública.
Pretender que no existe un idóneo reemplazo para Valdez Albizu es casarse con el absurdo. El país cuenta ya con más de 35 economistas con PhD en su haber y el mismo BC tiene un elenco de bien calificados funcionarios.
Son esas nuevas estrellas del firmamento las que habrán de mantener la estabilidad macroeconómica tan elogiada por los organismos internacionales. Y habrá que lidiar con una revisión de las funciones y el futuro del BC, las cuales incluyen el adecuado rol de las criptomonedas y, siguiendo la recomendación de Víctor Canto, permitir cuentas corrientes en dólares y en euros.