sábado, septiembre 7, 2024
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El coronavirus no terminó, se acabó la cuarentena /Por: Valentín Medrano Peña.

“A ritmo de “se acabó el Coronavirus” he visto muchos desenfrenos y excesos de parte de nuestros conciudadanos. Lo que se terminó fue la cuarentena y el toque de queda, no el Coronavirus. La razón aconseja seguir la autocuarentena, uso de mascarillas y continuar las medidas.¿No?”.
Muchas irresponsabilidades. Muchas caras desnudas de mascarillas. Las noches no requieren de bares y discotecas abiertas para fiestas y bebentinas. Ríos y balnearios reciben huéspedes sin distanciamientos, sin cuidados. Todos parecen jugar a una Ruleta Rusa colectiva. Juegan a tener suerte, se creen con suerte, pero su suerte puede comprometer de alguna forma la salud de aquellos que decidieron continuar con los cuidos.
El país parece recuperar su ritmo. En los grandes y frecuentes entaponamientos se ven las caras con sus acostumbradas preocupaciones, con las de antes de la pandemia, y en los barrios se viven las mismas vivencias, las de antes de la cuarentena. Corren, caminan, se aglomeran como si alguien les hubiera convencido de que todo se trató de una falsa alarma.
Los barrios solo comentan y trafican con sus sentimientos, están arrastrados por la marea política. Allí solo es Luis y Gonzalo y Leonel y los diputados y el senador. La política es un escudo para el mal covidiano y para la buena orientación de combate del nuevo corona. Se escucha toda la información al respecto de la enfermedad pero están confundidos, porque escuchan y contraescuchan en posiciones tan contrastantes como las de los partidos con opción.
El coronavirus se terminó, se oye gritar a cientos en las juergas callejeras. Parece que nadie les dijo que el Coronavirus no es una cuarentena ni un toque de queda, ni una multa ni una noche en la prisión por retar a las autoridades.
Si Dios, sí, Dios, no mete su mano, muy probablemente pronto podríamos, con la asunción de esta francachela, unido al proceso electoral que pretende que entren to’, tener una enorme multiplicación de nuestros pesares.
A no ser que hagamos la necesaria conciencia de entender que el coronavirus es una enfermedad, que está latente, que es peligrosa, que no tiene vacuna y que amenaza a la humanidad. Y que por sacrificio en pos de la humanidad y de nuestras familias, de la familia humana, debemos seguir protegiéndonos, cuidándonos, observando las recomendaciones sanitarias al respecto y manteniendo el distanciamiento social, lo que es un acto pro sociedad y no uno antisocial, que ahora lo es la cercana interacción.